Durante el curso de un juicio por negligencia médica o accidente, ambos abogados plantean varias objeciones. El abogado que plantea la objeción deberá motivar la objeción y el juez deberá tomar una decisión al respecto. Si el juez considera procedente la objeción dictará “objeción fundada”, y si considera que la objeción es improcedente dirá “objeción desestimada”. Cuando el juez acepta la objeción, el testigo no puede responder a la pregunta, y cuando la objeción es desestimada, se le ordena al testigo que responda la pregunta. La objeción también podría referirse a si se puede introducir o no cierta información para que el jurado pueda verla.
“Objeción que es privilegiada”
Un abogado podría levantarse y decir: “Juez de objeciones, ese material es privilegiado”. Este tipo de objeción generalmente significa que el abogado le hace preguntas al testigo sobre una conversación que tuvo lugar entre el testigo y el abogado. Cuando existe privilegio abogado-cliente, significa que se puede evitar que la conversación o la información intercambiada entre el cliente y su abogado sea revelada al jurado.
Privilegio abogado-cliente
Cuando contrate a un abogado, discutirá varias estrategias sobre lo que hará durante el transcurso del juicio. Ahora bien, si alguien pregunta de qué han hablado usted y su abogado, habrá una objeción porque esas conversaciones son confidenciales y privilegiadas. Si alguien más desea obtener información sobre lo que usted y su abogado discutieron, no se permitirá. Cuando la objeción del otro abogado se debe con información privilegiada, el juez dictaminará la objeción sostenida, lo que significa que la pregunta no está permitida y el testigo no tiene que responder a la pregunta.
¿Qué está permitido por la ley?
La ley permite que un abogado y su cliente tengan conversaciones confidenciales e intercambien información. El cliente tiene la libertad de hablar libremente con su abogado, y decirle lo que quiera, y nadie más puede acceder a esta información. Se permite esa libertad, para que el abogado y su cliente puedan formular estrategias en la lucha del caso y mejorar sus posibilidades de ganar el juicio. Si las cosas que se discuten entre un abogado y un cliente se hicieran accesibles, podrían malinterpretarse o tergiversarse fácilmente, ya que sirven al propósito particular de favorecer al cliente. Si la información intercambiada entre el abogado y su cliente se revela en un juicio, es fácil que el jurado tenga prejuicios hacia el cliente. La información podría contener estrategias sobre cómo hacer que la otra parte parezca culpable o sobre revelar cierta información de una manera que sea más propicia para el cliente. Todas estas cosas pueden ser muy perjudiciales si se revelan ante un tribunal. Por lo tanto, la ley permite que dicha información permanezca confidencial, y si el abogado contrario intenta invocar esta información, el abogado del cliente puede objetar que la información sea privilegiada o se mantenga en secreto.