A nadie le gusta ir al dentista. De hecho, a algunas personas les aterroriza hasta el punto de que piden ser sedados incluso para una simple limpieza de dientes. Debido a que la sedación es atractiva para los pacientes y genera ingresos adicionales, muchos dentistas están cada vez más dispuestos a proporcionar algún nivel de anestesia para someter a los pacientes incluso en procedimientos simples. Desafortunadamente, la sedación puede ser peligrosa si no se maneja adecuadamente, con riesgos que incluyen náuseas, dolores de cabeza, problemas neurológicos e incluso la muerte.
Desde 2007, 18,000 dentistas han realizado cursos de fin de semana sobre sedación oral. Aunque el proceso de sedación se presenta como un procedimiento sencillo, muchos dentistas coinciden en que nada más lejos de la realidad. Ya sea en forma de gas de óxido nitroso, un sedante intravenoso, pastillas o alguna combinación de los tres, la dosificación y el monitoreo constante de los signos vitales es fundamental para garantizar la seguridad del paciente.
La sedación se clasifica en función de cómo un paciente puede responder a la estimulación externa. Las cuatro categorías son anestesia mínima, moderada, profunda y general. La sedación mínima reduce la ansiedad pero permite a los pacientes mantener la conciencia plena. La sedación moderada permite a los pacientes permanecer lo suficientemente conscientes como para responder a órdenes simples como abrir o cerrar la boca, pero por lo general les ahorra el recuerdo del procedimiento. No importa el nivel, existen riesgos a considerar.
El gas de óxido nitroso es la forma más común de sedación dental. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que la exposición prolongada al óxido nitroso puede afectar negativamente la médula ósea y el sistema nervioso. Los síntomas pueden incluir sensación de hormigueo en brazos y piernas, movimientos corporales incontrolables, dificultad para caminar y deterioro de la vejiga o del intestino. Estos síntomas no son permanentes, pero pueden durar varios días. Algunos pacientes también tienen reacciones alérgicas a la anestesia.
Los niños parecen ser especialmente susceptibles a los efectos nocivos de la anestesia y, en ocasiones, se producen muertes como resultado de la sedación. En los últimos 15 años, se han relacionado 31 muertes infantiles con la sedación dental. Sin embargo, la anestesia es un negocio arriesgado sin importar el entorno. En 2011, la Asociación Médica Alemana publicó un documento en el que documentaba que las muertes relacionadas con la anestesia están aumentando en todo el mundo. En concreto, uno de cada 20 pacientes tratados con anestesia general muere al año de la exposición.
La sedación dental puede ser peligrosa e incluso mortal. Si bien algunos estados requieren algún tipo de capacitación o licencia, muchos no lo hacen y los dentistas deben hacer lo que les plazca. Si usted o un ser querido ha resultado lesionado debido a la sedación durante un procedimiento dental, comuníquese con un abogado experimentado para discutir su situación y sus opciones y para asegurarse de que las partes responsables rindan cuentas.