La Corte Suprema de Nueva York desestimó una demanda contra el Hospital Presbiteriano de Nueva York presentada por los herederos de uno de sus médicos que se suicidó usando propofol. El suicidio de 2011 se produjo menos de un año después de que el residente de anestesiología terminara un programa de rehabilitación afiliado al hospital para la adicción a la sustancia. Después de completar el programa de seis semanas, se le permitió regresar al trabajo y, finalmente, trabajar en el quirófano, donde tenía “fácil acceso” al medicamento. Dos meses después, anunció que iba a dimitir. Al día siguiente se suicidó con una sobredosis de propofol.
La Corte Suprema de Nueva York desestimó una demanda contra el Hospital Presbiteriano de Nueva York presentada por los herederos de uno de sus médicos que se suicidó usando propofol. El suicidio de 2011 se produjo menos de un año después de que el residente de anestesiología terminara un programa de rehabilitación afiliado al hospital para la adicción a la sustancia. Después de completar el programa de seis semanas, se le permitió regresar al trabajo y, finalmente, trabajar en el quirófano, donde tenía “fácil acceso” al medicamento. Dos meses después, anunció que iba a dimitir. Al día siguiente se suicidó con una sobredosis de propofol.
La Corte Suprema del estado dictaminó que el Presbiteriano de Nueva York no era culpable de negligencia hospitalaria Porque cuando regresó al trabajo tras la rehabilitación, el médico firmó un formulario de descargo que eximía al hospital de toda responsabilidad por cualquier causa de acción. Además de esta indemnización prácticamente general para el hospital, al firmar el descargo, el médico accedió a continuar el tratamiento, a abstenerse de consumir drogas inapropiadas y a someterse a pruebas de drogas si se le solicitaba. Con base en los términos de este descargo, el tribunal determinó que el centro no podía ser legalmente responsable de la muerte de la mujer.
Los herederos de la doctora alegaron que la firma no había sido atestiguada y que podría no ser la suya. Sin embargo, no se recurrió a ningún perito calígrafo para respaldar esta afirmación. Esta fue una omisión señalada por el tribunal en su fallo. El tribunal también señaló que firmar el formulario había sido beneficioso para la doctora para que pudiera continuar su carrera, y que el hospital le había dado la oportunidad de continuar con su vida profesional.
Enfrentarse a un hospital, especialmente a uno del tamaño y la reputación del New York Presbyterian, no es tarea fácil. Como lo demuestran los términos del descargo que firmó este médico, la mayoría de los grandes centros médicos cuentan con un equipo de abogados cuya función es proteger al hospital y a su personal de litigios. Sin embargo, los hospitales suelen ser legalmente responsables de causar daños. Quienes consideren que tienen un caso de negligencia médica o hospitalaria no deben intimidarse por los recursos a los que podrían enfrentarse. Pueden y deben consultar con un abogado para analizar sus opciones y determinar la mejor manera de proceder.
Fuente: Cirugía Ambulatoria, “Hospital no fue negligente en el suicidio de un residente de anestesiología por propofolJim Burger, 19 de diciembre de 2013
