Es un día triste en Nueva York cuando un médico comete un error durante un procedimiento médico común. Un hombre de 74 años incurrió herida grave que finalmente lo condujo a la muerte, después de recibir una toracocentesis. Este procedimiento consiste en colocar una aguja a través del pecho del paciente para recolectar una muestra de líquido del espacio alrededor de los pulmones. Lamentablemente, las lesiones en hospitales son un motivo de preocupación cada vez mayor en todo el país.
Es un día triste en Nueva York cuando un médico comete un error durante un procedimiento médico común. Un hombre de 74 años incurrió herida grave que finalmente lo condujo a la muerte, después de recibir una toracocentesis. Este procedimiento consiste en colocar una aguja a través del pecho del paciente para recolectar una muestra de líquido del espacio alrededor de los pulmones. Lamentablemente, las lesiones en hospitales son un motivo de preocupación cada vez mayor en todo el país.
La esposa del difunto se sorprendió al enterarse de que este procedimiento tan común provocó la muerte prematura de su esposo. El radiólogo que realizaba la toracocentesis perforó accidentalmente el bazo del hombre. Se alega que el médico sabía lo que había hecho, pero aun así le dio de alta. Poco después, el hombre regresó al hospital quejándose de fuertes molestias abdominales y dificultad para respirar.
Luego le realizaron una tomografía computarizada, que reveló la negligencia del hospital. Sufría una hemorragia del bazo, lo que le causó la muerte. Según la declaración del hospital, el hombre estuvo bajo la supervisión de enfermeras radiológicas antes de recibir el alta. La viuda del hombre reclama con razón justicia por la negligencia del hospital.
Si el médico hubiera sabido lo ocurrido, debería haber tomado las precauciones necesarias para salvarle la vida. En cambio, optó por encubrir la negligencia.
Ya sea en Nueva York o en cualquier otro lugar del país, las lesiones hospitalarias causadas por negligencia o imprudencia no deben quedar impunes. Al parecer, la viuda del hombre consultó con un abogado por la muerte de su esposo, buscando disuadir al médico y al hospital de cometer en el futuro una falta similar que pudiera poner en peligro la vida de otra persona.
Afortunadamente, la ley permite la recuperación de daños monetarios por lesiones, así como por el dolor y el sufrimiento causados por negligencia médica, incluyendo la negligencia hospitalaria. En caso de fallecimiento, el patrimonio de la víctima está autorizado a recuperar los daños por homicidio culposo. En Nueva York, un abogado se propone defender los derechos de las víctimas y sus familias ante los actos negligentes e ilícitos de médicos y hospitales. puede ofrecer algún apoyo y orientación en la búsqueda de la justicia que se merece.
Fuente: El periódico News Times, “La viuda de un paciente del Hospital New Milford contrata a un abogado”, Susan Tuz, 5 de septiembre de 2011